El estudio confirma hallazgos previos de que el humo del tabaco podría dañar posiblemente la función cardiovascular. Pero además, muestra que las reacciones cardiovasculares durante exposiciones breves al humo son similares a las que se producen durante otras de mayor duración. Además, esa reacción se produce con diferentes tipos de humo –además del tabaco, también con el humo de la cocina o el de la madera–.
En la investigación, se sometió a personas a bajos niveles de contaminantes comunes para medir su respuesta cardiovascular y cardiorrespiratoria. En total, cuarenta no fumadores con buen estado de salud (21 mujeres y 19 hombres) con una edad media de 35 años.