Ingeniería genética, proteínas que emiten luz y sensores para detectar el crecimiento de un tumor podrían ser los ingredientes de un film de ciencia ficción. Sin embargo, el futuro se encuentra un poco más próximo porque estos son los ejes de una línea de investigación del grupo de Oncología Molecular de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Los investigadores emplean en sus ensayos de laboratorio una técnica de imagen funcional óptica basada en la emisión de luz, para la localización de los tumores y la determinación de su peligrosidad.
Este sistema, que se encuentra en fase experimental, controla la fabricación de proteínas que emiten luz. Así, a través de un entramado de ingeniería genética, los investigadores pueden inocular en las células un sensor que propicia que cuando éstas crecen emitan luz, de modo que es posible visualizarlas. “Una mayor intensidad de luz indica una mayor agresividad del tumor” lo que denotaría un rápido crecimiento y la posibilidad de extenderse a otras zonas, explica el coordinador del proyecto, José Antonio Costoya Puente. El resultado final es una imagen funcional, es decir, la posibilidad de conocer si existe un tumor y si es poco o muy agresivo.