Los indicios de que la vitamina D y sus derivados ejercen un efecto protector contra diversos tipos de cáncer no son nuevos. En el ámbito del cáncer de colon, numerosos estudios experimentales y epidemiológicos señalan que la vitamina D3 (o colecalciferol) y algunos de sus derivados inhiben el crecimiento de las células cancerosas.
Investigadores del Vall d’Hebron Institut d’Oncologia (VHIO) en colaboración con el Instituto de Investigaciones Biomédicas «Alberto Sols»-CSIC-UAB, han confirmado el papel esencial de la vitamina D, concretamente de su receptor (VDR), frenando la acción de una proteína clave en el proceso de transformación cancerígena de las células en el cáncer de colon.
Dicha proteína, llamada beta-catenina, que normalmente se localiza en los contactos entre células facilitando la cohesión del epitelio intestinal, se acumula en otros lugares de la célula en grandes cantidades cuando se inicia la transformación tumoral. Fruto de estos cambios, la proteína queda retenida en el núcleo de la célula, donde facilita el proceso cancerígeno y es en este punto donde interviene la vitamina D, o mejor dicho, el receptor de la vitamina D (VDR).
En dos tercios de los tumores de colon avanzados, el VDR escasea en las células cancerosas y esta circunstancia hace pensar que su pérdida podría contribuir a acelerar el crecimiento del tumor. Los resultados de este estudio confirman esta suposición.
Esencial en las fases iniciales del cáncer de colon
A la luz de estos resultados, la deficiencia crónica de vitamina D supone un factor de riesgo para desarrollar tumores de colon más agresivos. Los pacientes afectados por las etapas iniciales del cáncer de colon, momento en el que el VDR todavía se halla presente en las células de manera sustancial, podrían beneficiarse de la administración de la vitamina D3. En cambio, ésta no sería de utilidad en las fases avanzadas de la enfermedad, cuando la presencia del receptor VDR es mucho más reducida.
Los datos del estudio avalan el desarrollo de fármacos anti-tumorales basados en la estructura de la vitamina D, aunque su aplicación en pacientes requerirá más investigación durante los próximos años.
El organismo obtiene la vitamina D a través de los alimentos, sobre todo de la leche y las grasas de pescado, pero también la fabrica cuando se expone a la luz solar. No es necesario una exposición prolongada –basta con 10 minutos de sol diarios –, tomados en las horas menos cálidas del día, para estimular su fabricación. En estas fechas veraniegas en que solemos tomar el sol, es importante tener en cuenta las medidas de protección, imprescindibles para evitar las quemaduras solares y así futuras lesiones cutáneas. Usar protectores solares y no exponerse al sol en las horas centrales del día ayuda a prevenir tumores cutáneos.
Fuente: SINC