Los recién nacidos con defectos cardíacos podrían recibir algún día nuevas válvulas para este órgano construidas mediante células madre de la sangre de su propio cordón umbilical, según muestran los resultados de un estudio realizado por expertos del Hospital Universitario de Munich (Alemania), y que se han presentado en el American Heart Association’s Scientific Sessions 2008, que se celebra en Nueva Orleans (Estados Unidos).
En el estudio, los expertos congelaron sangre del cordón umbilical y, tras 12 semanas, depositaron las células en ocho válvulas, construidas a base de material biodegradable. Los resultados mostraron que las células habían formado una capa de tejido, y que además producían elementos importantes de la matriz extra celular, esencial para la función del tejido y su estructura.
En comparación con el tejido humano de la válvula pulmonar, observaron que el tejido de estas válvulas creó hasta un 77,9 por ciento de colágeno, un 85 por ciento del carbohidrato glicosaminoglicano, así como un 67 por ciento de elastina.
Además, los responsables del trabajo descubrieron que a su vez estas válvulas contenían desmina, poteína de las células musculares; lamina, proteína que se encuentra en todos los órganos internos; alphaactin, importante en la contracción muscular, CD31, VWF y VE-cadherina.
El autor principal del estudio y cirujano cardíaco del centro, el doctor Ralf Sodian, destacó que «esta creación de tejido proporciona la posibilidad de tener un sustituto ideal de válvula cardiaca que dura a lo largo de la vida del paciente y que tiene el potencial de crecer y cambiar su forma según sea necesario».
Según explicó el experto, cuando los niños nacen con malformaciones en el corazón que no pueden ser tratadas mediante intervención quirúrgica, se acude a tejido animal, donaciones compatibles de órganos humanos o materiales artificiales.
En este sentido, los expertos subrayaron que, a pesar de que estos sustitutos funcionan, no pueden cambiar de forma a medida que el niño se desarrolla, así que el menor necesitará dos o más intervenciones quirúrgicas para reemplazar las válvulas. Además, señalaron que el tejido animal podría endurecerse y durar menos que el de una válvula humana normal.
Fuente: Azprensa