El consumo de la dieta mediterránea se asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve, una fase entre el envejecimiento normal y la demencia, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York (Estados Unidos). El trabajo, que se publica en la revista Archives of Neurology, también muestra que seguir este tipo de alimentación puede evitar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer cuando se padece deterioro cognitivo leve.
Estudios anteriores han mostrado un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer entre aquellas personas que comen una dieta mediterránea. Este estilo de alimentación se caracteriza por un consumo elevado de pescado, vegetales, legumbres, frutas, cereales y ácidos grasos insaturados, bajas cantidades de productos lácteos, carne y grasas saturadas, así como un consumo moderado de alcohol.
Los investigadores, dirigidos por Nikolaos Scarmeas, calcularon el nivel de seguimiento de la dieta mediterránea entre 1.393 individuos sin problemas cognitivos y 482 pacientes con deterioro cognitivo leve. Los participantes fueron examinados, entrevistados, analizados en relación a deterioros cognitivos y se les pidió que completaran un cuestionario de frecuencia alimentaria entre 1992 y 1999.
Durante un seguimiento medio de 4,5 años, 275 de los 1.393 que no tenían deterioro cognitivo desarrollaron el trastorno. En comparación con el tercio de los que tenían la menor puntuación en el seguimiento de la dieta mediterránea, el tercio de los que tenían las puntuaciones más altas tenían un 28 por ciento menos de riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve y el grupo con las puntuaciones medias de adherencia a la dieta tenían un 17 por ciento menos de riesgo.
Entre las 482 personas con deterioro cognitivo suave al inicio del estudio, 106 desarrollaron enfermedad de Alzheimer en una media de 4,3 años de seguimiento. La adherencia a la dieta mediterránea también se asoció con un menor riesgo de esta transición. La tercera parte de los participantes con las puntuaciones más altas de seguimiento de la dieta mediterránea tenían un 48 por ciento menos de riesgo y aquellos en el tercio medio de adherencia un 45 por ciento menos de riesgo que aquellos con las puntuaciones más bajas.
Según los autores del trabajo, la dieta mediterránea podría influir en factores que se han asociado con el deterioro cognitivo leve. Los componentes de la dieta también podrían influir sobre el riesgo cognitivo.
Los investigadores concluyen que serán necesarios más estudios para confirmar el papel de este u otros factores dietéticos en el desarrollo del deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer.
Fuente: Azprensa