La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) presentaron el primer manual dirigido a profesionales que vincula las enfermedades periodontales con las cardiovasculares. El estilo de vida puede ser la causa de ambas. Pero un cambio de hábitos y un correcto cuidado bucal ayudaría a prevenirlas.
“Varias de las patologías de origen inflamatorio que podemos sufrir pueden hacer que respondamos peor al tratamiento de otra enfermedad”, afirma Miguel F. Estévez, especialista en Periodoncia-Implantes. Las enfermedades periodontales y cardiovasculares “están relacionadas ya que comparten una serie de factores de riesgo, como el tabaquismo, el estrés o los antecedentes familiares, y los mecanismos inflamatorios”.
El manual Patología Periodontal y Cardiovascular: su interrelación e implicaciones para la salud, coordinado por más de 30 expertos cardiólogos y odontólogos españoles de la SEPA y la SEC, analiza por primera vez y de forma rigurosa la relación entre las infecciones periodontales y ciertos trastornos cardiovasculares como el infarto de miocardio.
“A priori parece que no tienen relación un diente que tiene movilidad y un trombo a punto de desprenderse en un vaso sanguíneo. Pero el hecho de que compartan un origen común hace que, por ejemplo, un paciente tenga más posibilidades de sufrir una patología cardiovascular si además sufre periodontitis”, explica Estévez.
El libro contiene orientaciones útiles para cardiólogos y periodoncistas y para médicos de Atención Primaria. “Este libro va a permitir concienciar a los cardiólogos sobre la importancia de la salud bucal como factor a considerar en la prevención de los eventos cardiovasculares”, reconoce Eduardo de Teresa, coordinador del manual.
Los científicos investigan qué mecanismos biológicos, como las infecciones bucales crónicas, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) porque son la primera causa de muerte en España. Además, según la última Encuesta Nacional de Salud, ocho de cada diez personas mayores de 35 años sufren enfermedad periodontal.
Sin dientes a los 40
El control escaso sobre los factores de riesgo y la higiene deficiente (acumulación de placa bacteriana) puede favorecer el origen de una enfermedad periodontal como la periodontitis agresiva, que aparece en edades tempranas (alrededor de los 25 o 30 años), evoluciona de manera rápida y provoca la pérdida del hueso que soporta los dientes.
La ausencia de un diagnóstico precoz y de un tratamiento adecuado puede provocar la caída de los dientes en personas menores de 40 años. “La periodontitis agresiva no duele ni muestra signos evidentes de elevada movilidad de dientes hasta que no ha llegado a un estado avanzado”, manifiesta Estévez.
Aunque no se puede afirmar que la periodontitis agresiva provoque por sí sola otras enfermedades, “varias patologías de origen inflamatorio están relacionadas en un mismo paciente. Por ello, es necesario mejorar el tratamiento de los pacientes desde un punto de vista más global e interdisciplinar para no centrarnos sólo en uno de los problemas”, aconseja el especialista.
En casos de periodontitis agresiva, “la concentración de moléculas que facilitan la inflamación aumenta, y puede favorecer el inicio y empeoramiento de otras enfermedades de origen cardiovascular, por ejemplo”. Pero “no será la única responsable”, aclara.
“Nunca se sabe cuándo puede empezar un problema de salud grave, pero sí se sabe cómo prevenirlo, sobre todo si estamos avisados en el caso de un paciente que ya sufre otra afección”, subraya Estévez. Ahora cardiólogos y odontólogos ya disponen del manual que les ayudará a relacionar estas enfermedades.
Fuente: SINC // Elisabet Salmerón